UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ
FACULTAD DE CIENCIAS
HUMANÍSTICAS Y SOCIALES
PERSPECTIVA DE GÉNERO
TEMA:
VIOLENCIA DE GÉNERO
DOCENTE:
LICDA. BRENDA NINETTE MAYOL BAÑOS
ESTUDIANTE:
BRIONES MOREIRA BIANCA MACARENA
CICLO ACADÉMICO:
SEPTIEMBRE 2016- FEBRERO 2018
VIOLENCIA DE GÉNERO
Definición.
En
ocasiones, las distintas denominaciones de los malos tratos lleva a confusión:
Violencia de Género, Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres,
masculina o sexista…La violencia doméstica hace referencia a aquella que se
produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus
hijos, del nieto al abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las
que no hay convivencia. La violencia de género tiene que ver con “la violencia
que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos
tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación
genital, infanticidios femeninos, etc.
Algunas
definiciones:
Todo
acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada
(“Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer. Naciones Unidas, 1994).
Susana
Velázquez (2003) amplía la definición de violencia de género: Abarca todos los
actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las
mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y
simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad
moral y/o física.
TIPOS DE VIOLENCIA
· Física. La violencia física es aquella
que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente deja
huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc.,
causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto
facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea
la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación
fundamentalmente con la violencia psicológica.
· Psicológica. La violencia psíquica
aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone
amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer,
desvalorizando su trabajo, sus opiniones... Implica una manipulación en la que
incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e
indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la
víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.
·
Dentro de esta categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan
aparejado sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones,
amenazas y manipulaciones para lograr sus fines.
·
Se trataría de la violencia “económica”, en la que el agresor hace lo posible
por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto por impedirla trabajar
de forma remunerada, como por obligarla a entregarle sus ingresos, haciendo él
uso exclusivo de los mismos (llegando en muchos casos a dejar el agresor su
empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a esta
a solicitar ayuda económica a familiares o servicios sociales).
·
También es habitual la violencia “social”, en la que el agresor limita los
contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su entorno y
limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.
· Sexual. “Se ejerce mediante presiones
físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada
mediante coacción, intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque
podría incluirse dentro del término de violencia física, se distingue de
aquella en que el objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su
integridad física. Hasta no hace mucho, la legislación y los jueces no
consideraban este tipo de agresiones como tales, si se producían dentro del
matrimonio.
MITOS.
Habitualmente
se justifica y se trata de dar explicación a este tipo de violencia atendiendo
a:
Características
personales del agresor (trastorno mental, adicciones), ·
Características
de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca,
le provoca, es manipuladora…”),
Circunstancias
externas (estrés laboral, problemas económicos),
Los
celos (“crimen pasional”),
La
incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, etc.
Además
existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son
parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel
sociocultural y económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por
lo que “estamos a salvo”.
Aquellos
hombres que son alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen,
en su gran mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su
casero. El estrés laboral o de cualquier tipo afecta realmente a mucha gente,
hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con su pareja.
En
el fondo, estas justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa
del agresor, además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para
prevenir y luchar contra este problema.
CICLO DE LA VIOLENCIA FÍSICA.
Lenore
Walker definió el Ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres, y
actualmente es el modelo más utilizado por las/los profesionales.
El
ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la Tensión, en la que la
víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible,
respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada
situación.
La
segunda fase supone el Estallido de la Tensión, en la que la violencia
finalmente explota, dando lugar a la agresión.
En
la tercera fase, denominada de “Luna de Miel” o Arrepentimiento, el agresor
pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento.
Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a
desaparecer. Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión
de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la
continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la
misma.
Este
ciclo pretende explicar la situación en la que se da violencia física, ya que
la violencia psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un
proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.
CONSECUENCIAS
PSICÓLOGICAS PARA LA MUJER MALTRATADA.
El
síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton se define como
una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la
habilidad de la persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el
dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la minimización,
negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los
demás y al mundo. También pueden desarrollar los síntomas del trastorno de
estrés postraumático, sentimientos depresivos, de rabia, baja autoestima,
culpa y rencor; y suelen presentar problemas somáticos, disfunciones sexuales,
conductas adictivas y dificultades en sus relaciones personales.
Enrique
Echeburúa y Paz del Corral equiparan estos efectos al trastorno de estrés
postraumático, cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen
en algunas de estas mujeres: re-experimentación del suceso traumático,
evitación de situaciones asociadas al maltrato y aumento de la activación.
Estas mujeres tienen dificultades para dormir con pesadillas en las que reviven
lo pasado, están continuamente alerta, hipervigilantes, irritables y con
problemas de concentración.
Además,
el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones
psicosomáticas, y pueden aparecer problemas depresivos importantes.
Desarrollo
del síndrome de la mujer maltratada
Marie-France
Hirigoyen diferencia entre dos fases en las consecuencias, las que se
producen en la fase de dominio y a largo plazo.
En
la primera fase, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a
su propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a
negar la realidad. Se encuentran agotadas por la falta de sentido que el
agresor impone en su vida, sin poder comprender lo que sucede, solas y aisladas
de su entorno familiar y social y en constante tensión ante cualquier respuesta
agresiva de su pareja.
Marie-France
Hirigoyen habla de consecuencias a largo plazo refiriéndose a las etapas por
las que pasan las víctimas a partir del momento en que se dan cuenta del tipo
de relación en la que están inmersas. Durante esta fase, las mujeres pasan un
choque inicial en el que se sienten heridas, estafadas y avergonzadas, además
de encontrarse apáticas, cansadas y sin interés por nada.
TRATAMIENTO
En
muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que la mujer pase por un
período de reflexión y quizá varios intentos de salir de esa relación violenta,
con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión definitiva. A
partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos,
valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada paciente.
Deberemos
evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la situación
vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el
tratamiento.
Algunas
de las intervenciones más habituales y básicas para su recuperación serían:
Información
sobre la violencia de género, causas y origen, mitos, etc.
Fomento
de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, a través de un cambio
de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a nivel social,
económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos
sociales y familiares,…
PREVENCIÓN
El
principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto
incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre
mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del
lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el
objetivo de que se transmitan eficazmente a niños y niñas.
Además,
tú puedes prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser
violenta:
·
En primer lugar, detectar manipulaciones, aproximaciones no solicitadas,
desconfiar de promesas que no tienen sentido en un momento de la relación,
tener claro que decir que “no” a algo no es negociable, alejarse cuando esa
persona que se te acerca tratando de hacerte ver que tenéis mucho en común o
que le debes algo. Para todo esto es muy importante confiar en tu intuición, en
las sensaciones de desasosiego que te producen. Cuando conoces a alguien le
evalúas igualmente, valoras si esa persona encaja contigo; solo es importante
que a partir de ahora incluyas también estos puntos si quieres prevenir
encontrarte en una relación violenta. Valora sus ideas sexistas, cómo fueron
sus relaciones anteriores (si rompió él o no, cómo habla de ellas…), etc.
·
Además, valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel de la
mujer en la misma, a qué se debe renunciar por amor etc.
·
Y ante todo, conociéndote a ti misma y teniendo claros tus valores. Si los
valores de la otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber
reconocerlo y no aceptar en ningún caso renunciar a aquello que es importante
para ti.
RELACION CON PERSPECTIVA Y EQUIDAD
DE GÉNERO
En los últimos años se produjo un importante avance
en las ciencias sociales, al incorporarse los denominados estudios de la mujer
como un nuevo paradigma. El género, como categoría social, es una de las
contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo. Esta
categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y
mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo
femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e
histórica. El género es una categoría transdisciplinaria, que desarrolla un
enfoque globalizador y remite a los rasgos y funciones psicológicas y
socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento
histórico y en cada sociedad. Las elaboraciones históricas de los géneros son
sistemas de poder, con un discurso hegemónico y pueden dar cuenta de la
existencia de los conflictos sociales. Y la problematización de las relaciones
de género logró romper con la idea del carácter natural de las mismas. Lo
femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las
conductas consideradas femeninas o masculinas. En este contexto, la categoría
de género puede entenderse como una explicación acerca de las formas que
adquieren las relaciones entre los géneros, que algunos consideran como una
alternativa superadora de otras matrices explicativas, como la teoría del
patriarcado (ver Patriarcado). Se sostiene que (aunque la incorporación del
concepto de “patriarcado” constituyó un avance importante para explicar la
situación de las mujeres) resultó insuficiente para comprender los procesos que
operan dentro de la estructura social y cultural de las sociedades,
condicionando la posición e inserción femenina en realidades históricas concretas.
PORQUE ES
INTERESANTE ESTE TEMA
Se escogió este tema con suficiente interés el
gobierno concienciando a la ciudadanía de que un Estado democrático y de
derecho tiene que ser capaz de garantizar la vida de la mitad de su población,
y por otro, exigir que se cumpla toda la normativa en materia de igualdad
y violencia de género, que es la única forma de prevenir este tipo particular
de violencia. Un pacto de Estado que garantice estos dos aspectos
independientemente del gobierno de turno que esté el frente.

CONCLUSIÓN DEL
TEMA
· Solo se ve lo que se busca y solo se busca lo que se
tiene en la mente. Es necesario el conocimiento de lo que define la
violencia de género para poder identificarla.
· El nivel de violencia tolerable se construye, lo
define la cultura. En toda sociedad hay un grado de violencia que se
considera aceptable para conseguir determinados objetivos.
· La afectación de la salud del maltrato emocional al
principio suele afectar solo al funcionamiento de los órganos, sin alterar
su estructura, pero si la situación conflictiva persiste en el tiempo
podría dar lugar a la enfermedad orgánica, minando la salud de la mujer y
pudiendo dejar secuelas para su futuro.
· La aparición de enfermedades psicosomáticas son
variadas y de importancia variable; pueden ir desde contracturas
musculares, dolores de cabeza, infecciones frecuentes a situaciones más
graves como la fibromialgia, enfermedades autoinmunes, depresión grave y
muchas otras.
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Bibliografía
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